Cierro la puerta a mis espaldas y empiezo a caminar,
adentrándome cada vez en la habitación, sigo conservando la “visión
nocturna” del principio. Aún no me acostumbro a ver las cosas así
de extrañas, todo en tonos azules y distorsionado, pero aún así
intento distinguir algo entre la oscuridad azulada, cualquier cosa.
De repente, algo pasa a gran velocidad por delante de mi, una extraña
sombra. Me quedo quieta. Otra vez la sombra, me giro asustada. Pasa
fugazmente delante de mi otra vez, no consigo distinguirla bien. Sigo
andando para poder llegar a un extremo de la habitación y así tener
una visión más amplia, pero en cuanto llego más o menos al centro,
una luz verdosa se enciende de repente. Toda la habitación queda
iluminada, y aprovecho para comprobar que está completamente vacía.
Qué extraño, tal vez solo hayan sido imaginaciones mías... Pero
juraría haber visto algo aquí dentro. La habitación en la que me
encuentro es bastante simple: paredes verdosas, suelo verdoso. O tal
vez sea todo blanco y parezca verdoso por el efecto que ejerce la luz
verdosa sobre las paredes, no lo sé. Hay una lámpara redonda en el
techo, la puerta por la que he entrado es negra y al parecer no hay
nada interesante que hacer aquí dentro. No puede tratarse de una
habitación normal, no en este sitio. Tiene que haber algo extraño
aquí dentro.
Empiezo a oír un ruido extraño, como de... algo
pastoso moviéndose. No puedo percibir de donde viene porque el
sonido proviene de todos los ángulos de la habitación. Ya lo
entiendo, el sonido viene de las paredes. Todas las paredes de la
habitación parecen haber adquirido de repente una textura pastosa y
han pasado de ser lisas a tener bultos que se desplazan por todas
partes, es lo más extraño que he visto en mi vida. Bueno, después
de todo lo que me ha pasado hoy no sé cual de todas las cosas es más
extraña en realidad. Un momento, si las paredes son pastosas tal vez
pueda entrar en una de ellas y así acabe en otro sitio, porque en
esta habitación no veo nada más interesante que hacer. Así pues,
avanzo hacia la pared del lado contrario de donde se encuentra la
puerta por la que he entrado antes, y justo cuando avanzo un paso, se
apaga la luz de nuevo. Debe de haber algún tipo de mecanismo que
haga que cuando yo pise justo en el centro la luz de la habitación
se encienda, pero en cambio cuando me desplazo un poco, todo vuelve a
quedar a oscuras. Sin embargo, sigo oyendo aquel sonido pastoso, lo
que indica que aún puedo intentar adentrarme en la pared que tengo a
unos metros. Me decido y sigo avanzando. Algo pasa fugazmente delante de mi otra vez, lo he sentido, y sé que esta vez no me lo he
imaginado, lo he visto de verdad. Me detengo, atenta a cualquier tipo
de movimiento que pueda percibir. Pasa fugazmente delante de mi otra
vez, me giro en la dirección de su movimiento.
- Deja
de moverte, seas lo que seas.
Vuelve a pasar delante de mi, me giro de nuevo. Retrocedo
un paso hacia atrás, y justo en ese momento vuelve a pasar
rápidamente, me giro, pero lo hago tan bruscamente que acabo en el
suelo.
- Maldita
sombra – me quejo mientras me siento en el suelo. Me he hecho daño
en la rodilla, estoy sangrando – Se me ha terminado de romper el
pantalón, genial.
- Intento
limpiarme la sangre con saliva, pero no consigo mejorar el aspecto
de la herida demasiado, así que desisto. Decido intentar
incorporarme, pero justo cuando levanto la cabeza hacia arriba, me
topo con unos intensos ojos azules fosforescentes.
- ¿Qué...
qué eres?
El ser que tengo a escasos centímetros de mi no es
humano, eso está claro. Tiene aspecto de humano, en lo que a forma
del cuerpo se refiere, pero no es corpóreo, o al menos no lo parece;
es translúcido. Ni opaco, ni transparente, translúcido. A pesar de
estar toda la habitación a oscuras, puedo apreciar sus detalles
perfectamente, gracias al aura azul eléctrico que le rodea, todo él
brilla en la oscuridad; es como si al ser le hubiera alcanzado un
rayo en una tormenta y pudiera retener toda la energía de aquel
fenómeno atmosférico dentro de su cuerpo. El ser es de diversos
tonos azulados: empezando por el pelo de un tono azul grisáceo
oscuro, pasando por su piel de un tono más suave que el pelo... Pero
el color que más llama la atención es, sin duda, el color de sus
ojos; un azul intenso del cual nadie puede escapar. La vestimenta del
ser es sencilla: una túnica azul oscuro que por alguna razón está
toda resquebrajada y le da el aspecto de disfraz de Halloween. A
pesar de poder apreciar cada uno de sus colores puedo ver a través
de él, aunque no con total claridad, es una sensación extraña, es
como... las vidrieras de las iglesias; cada una es de un color más
hermoso que el anterior, pero sin embargo la luz del sol pasa a
través de ellas, formando un arco iris de luz. Me mira con
curiosidad, directamente a los ojos, como si intentara adivinar lo
que pienso. Ladea la cabeza de vez en cuando, pero no aparta la
mirada. Su gélida mirada me mantiene inmóvil, incapaz de hacer
ningún movimiento.
Empiezo a reaccionar, no puedo quedarme quieta para
siempre. El ser estira la mano, haciendo ademán de tocarme la cara,
es... es corpóreo. No sólido, pero sí corpóreo. Es como si fuera
un gas lo suficientemente concentrado como para notarlo. Es un
“tacto” extraño, pero a la vez suave.
- ¿Qué eres? - repito con un hilo de voz.
- Soy... una sombra del subconsciente. ¿Qué haces tú
aquí? Eres humana, los humanos no pueden estar aquí. - dice
murmurando. Vocaliza extraño, como si algo le impidiera abrir la
boca. Tiene... ¿la boca medio cosida?
- ¿Qué demonios te ha pasado en la boca? ¿Quién te lo
ha hecho?
- Eso no importa, es una larga historia.
- Claro que importa, a mí puedes contármelo. No tengo
nada mejor que hacer.
- Eres humana... no lo vas a entender.
- ¿Y si intentas explicármelo? Y de paso podrías
explicarme que es una sombra del subconsciente. Y qué es este
sitio.
- Los humanos no deben saber ciertas cosas...
- ¿Y si no debo saber ciertas cosas qué hago aquí
entonces? ¿Puedes explicarme eso?
- Si un mortal está aquí dentro significa que algo
grave ha pasado fuera, o está a punto de pasar...
- No me importa lo que sea que vaya a pasar, estoy
dispuesta a escuchar cualquier cosa.
- Supongo que no me queda otra opción, te explicaré la
historia de este lugar.